
Lo justo, lo merecido… La recompensa a dos largos años.
Dos largos años han pasado desde que David Mora hiciera su último paseíllo en Las Ventas, dos años de lucha, constancia e incertidumbre.
Madrid le esperaba y Madrid tiene memoria, esa que demostró con la tremenda ovación que le brindaron al romper el paseíllo. Merecidísima ovación al hombre y al torero, por tantos motivos, porque en ese mismo lugar a punto estuvo de perder su vida aquella fatídica tarde y porque ha demostrado que nunca hay que rendirse y que hay que luchar ante las adversidades para lograr salir adelante y cumplir nuestros sueños. Un gran ejemplo para todos y un espejo en el que mirarnos.